Playas y calas mediterráneas.

La Costa Brava es una suma de sensaciones y contrastes. Son más de 200 quilómetros de franja marítima, empezando por el Norte junto a Francia y terminando en el Sud junto a Barcelona, tiene una gran alternancia entre amplias playas y pequeñas calas rodeadas de vegetación y acantilados rocosos.

Pequeños pueblos con encanto.

En la Costa Brava se han conservado intactos muchos paisajes de gran belleza natural y con poca presencia urbanística, lo que nos permite disfrutar de una amplia diversidad.

También cabe destacar los pueblos del litoral, de tradición marinera pintorescos que todavía se mantienen intactos, al lado de las grandes poblaciones turísticas.

Deliciosa gastronomia.

La gastronomía también tiene un papel destacado en la provincia de Girona, ya que en ella hay 13 restaurantes con la estrella Michelin, también destacan sus vinos y cavas, con una tradición vitivinícola de más de 2.500 años de historia.

Deporte, shopping o relax.

En la Costa Brava se puede disfrutar de muchas maneras, puedes caminar, nadar, comprar, descansar, esquiar, se puede hacer de todo o nada, simplemente hay que vivirla.